martes, 13 de enero de 2009

31 de diciembre del 2008

Hoy hemos dormido bien, y estamos descansados como era de esperar.
En la casa no hay tele así que para matar el rato mientras nos vamos preparando Lur, Jokin y yo, sintonizamos con una emisora donde suena el Speed of Sound de los Coldplayhttp://es.youtube.com/watch?v=-iLt1U7A2-s, ni tan mal.


Por fín, entre tanta llamada perdida hablamos con Carlos para informarnos de la hora y la dirección del piso donde cenaremos juntos la noche de fin de año, es decir, hoy, y como se presenta una larga fiesta por delante nos acercamos a los alrededores de Alexanderplatz a manosear todo tipo de prendas en uno de los tantos H&M en rebajas repartidos por la zona. Yo me hago con una camiseta, Lur con un vestido y Jokin con un hersey que ya lo quisiera yo para mí. Mientras hago cola para pagar escucho el Get Lucky de las New Young Pony club http://es.youtube.com/watch?v=pZzZmHhqJsI&feature=related, algo huele a fiesta, jejeje..


Quedamos con Gloria y Maite debajo del pirulí de Alexanderplatz para comer juntos.Lo hacemos en un Thai de la zona donde nos dan de comer un surtido de rollitos con un boll de tallarines exquisitos. Cuando salimos del restaurante ya ha anochecido y decidimos ir a comprar algunas botellas de buen vino para la cena. Nuestra sorpresa es que todos los comercios están cerrados a esa hora y desesperados empezamos a buscar la oportunidad de que nos vendan vino por algún lado. Finalmente lo conseguimos en un pequeño comercio donde la elección de bebida era tan escasa que la compra dejaba mucho que desear (un blanco y un tinto de origen italiano que no resultaron ser tan malos como pensábamos).


Con un "hasta el año que viene" nos despedimos de las chicas y nos vamos a toda prisa hasta casa a cambiarnos. Andamos tarde, una hora de retraso, y eso hace que los nervios se multipliquen por tres.


Somos los primeros invitados en llegar a la "petit-party", nuestro retraso carece de sentido ya que no empezaríamos a cenar hasta que aterrizaran en el piso Adolfo y Rober, aproximadamente a las once de la noche, lo cual supone charlar y charlar entre vino y vino hasta hacer un poco (bastante) de hambre. Carlos y Txente resultan ser amabilísimos, muy buenos anfitriones, y Manuel, un encantador amigo de la pareja, hace que nos despreocupemos del deterioro físico a la edad de los cuarenta y tres, lo digo porque es bailarín profesional de danza contemporánea y le considerabamos más joven que yo.


La ciudad está alteradísima ésta noche. Sorprendentemente (y lo digo porque pensaba que era una costumbre levantina) se hacen sonar millones de petardos y fuegos artificiales en las horas próximas al cambio de año, cosa que a mí personalmente no me va nada en absoluto.

Finalmente llegan Adolfo y Rober, cenamos unas piezas de calamares rellenos, espárragos y otros pequeños bocados como entrantes, ensalada de pollo con patata cocida, y pavo al horno. Todo sabrosísimo, incluido el vino.

A las doce comemos las uvas en el balcón bajo una lluvia de fuegos artificiales y el sonido de miles de petardos, y brindamos por el nuevo año que acaba de comenzar (todo esto a una temperatura exterior de 8º bajo cero)

Después de una muy agradable velada los guipuzcoanos salimos a la carga, la vida nocturna berlinesa nos esperaba...

(To be continued...)

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