… siempre nos esperaba una nueva aventura cada vez que las visitábamos. Me sentía el niño más afortunado del mundo. Lo que más me gustaba era el tiovivo, ya era un poco mayorcito para eso pero las demás atracciones me daban miedo, en cambio en el tiovivo, solo das vueltas y más vueltas, no llegas a ninguna parte, pero te sientes seguro…